¿Se podía haber evitado una tragedia? Posiblemente esa sea la pregunta que ronde las cabezas de cientos de neoyorquinos que se despertaron con una terrible portada de The New York Post.
En ella se ve a un hombre que acaba de ser empujado por un asaltante a las vías de una estación de metro y que observa aterrorizado cómo el tren se acerca hacia él y va a atropellarlo, sin poder hacer nada por evitarlo. El titular del periódico es sugerente: “Este hombre está a punto de morir”.
Pero, ¿nadie
podía haber hecho nada por Ki Suk Han, la
desdichada
víctima? El fotógrafo R. Umar Abbasi, colaborador habitual del Post que
casualmente se encontraba en ese momento en la estación, tuvo
tiempo de sacar dos instantáneas del trágico momento antes de que el tren
arrollara a Han, dejándole malherido al principio, muerto solo unas horas
después.
Por eso, la sociedad estadounidense clama
contra la primera página del rotativo sin ser capaces de entender por qué
Abbasi no intentó ayudar al hombre a librarse del cruel final que le esperaba,
en lugar de tomar esas atroces fotografías, que desgraciadamente han costado
la vida de un hombre.
Tanto el diario como el fotógrafo se
defienden de las acusaciones, diciendo que no se podía hacer nada por salvarle.
Abbasi afirma que usó el flash de la cámara para alertar al conductor del
convoy, sugiriendo que las fotos fueron accidentales. Por su parte el New York
Post, apoya este testimonio, aclarando que su colaborador no era lo
suficientemente fuerte como para sacar a Han de las vías.
Aclaraciones que no han convencido a
multitud de ciudadanos que claman en las redes sociales contra la publicación.
Por
su parte, la Policía ha detenido al sospechoso de haber arrojado a Han a
las vías, tras visionar un vídeo realizado por una testigo, sin
embargo, no desvelarán su identidad hasta hacer una rueda de
reconocimiento.
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